Sunday, June 14, 2009

CIELO!

Estaba tirado en el piso de madera sucio. Me sentía triste. Todo tenía polvo; eran las huellas de la soledad. Miré a la puerta. estaba entreabierta y el frío se colaba. Trataba de mirar qué se dibujaba en ese espacio reducido, pero todo era blanco. Decidí salir. Me levanté del suelo; respiré para concentrarme y no ponerme nervioso, me acerqué despacio a la puerta y la abrí. Todo se inundó de luz blanca, no veia nada. Cerré los ojos pero aún así se veia todo blanco. Los abrí nuevamente para darme cuenta que todos los colores del universo bailaban tímidamente a mi alrededor. Me llené de una felicidad inexplicable e incontenible. Bailamos, me contaron cosas, compartimos, lloramos, nos entregamos, descanzamos y nos olvidamos del resto del universo.
Cuando estaba en mi felicidad máxima, algunos colores se empezaron a opacar. habia una mano gigante y horrible que les hacía sombra. ahuyentó a algunos, a otros se los llevó y a otros, simplemente los hizo desaparecer.
y ahí estaba yo, sentado en el vacío blanco, solo y triste, recordando lo feliz que había sido con esos hermosos colores. Decepcionado me desarmé tal como se derrite un hielo bajo el sol y volví a ese suelo frío y solitario. Los colores de esa vieja cabaña volvían y podía ver otra vez la suciedad que tocaba mi cara. Me dí vuelta para ver la puerta de nuevo, con la ilusión de que estuviera entreabierta aun, y lo estaba... pero yo ya no tenía fuerzas para ver qué cosas nuevas había tras ella.